15 de junio de 2009

UN HIJO GALLO

Felipe de la Riva lo había pronosticado. Alguien lo podrá tildar de agrandado, pero el DT de Deportivo Merlo había dicho: "Jugué tres veces contra Morón y no me ganó ni me metió goles. Por eso no tengo dudas de que vamos a estar en la final del Reducido". Y el Charro obtuvo el pasaporte para enfrentar a Defensores con autoridad, y terminó la temporada ante el Gallo con tres triunfos y una parda. La visita fue mucho más que un deslucido adversario, Leonel García anuló a Quique Seccafien, y manejó los hilos de su equipo. Qué triunfazo.

El Charro pegó primero y lo aguantó muy bien. A los 6', tras un córner desde la izquierda de Rodríguez, Zelmar García aprovechó que nadie rechazó la pelota y, con un disparo violento marcó el 1-0. A partir de ahí, la desesperación se apoderó de todo el Gallo (jugadores e hinchas). Los de Stagliano tuvieron la bola, pero carecieron de ideas para llegar con peligro sobre la valla enemiga. Por el contrario, su rival, encontró los espacios para salir de contraataque y, si hubiera estado fino en ese aspecto se podría haber ido al descanso con alguna conquista más.

En el ST, con el correr de los minutos la impaciencia de los hinchas locales era cada vez mayor. Y el golpe de nocaut llegó a los 13', cuando tras la brillante ejecución de un tiro libre, Pablo Rodríguez clavó la bola por sobre la barrera en el ángulo superior derecho, metiendo el 2-0. Por respeto a su pasado en Morón, el volante no gritó, posiblemente, el tanto más importante que haya convertido en su carrera.

A partir de ahí, el Depo se dedicó a hacer circular la redonda y pudo haber alargado la diferencia. El Gallo, a pesar de la roja a Sartori, llegó al descuento con gol de Peralta. Y le puso suspenso al final. El local presionó, pero el Depo aguantó y pudo festejar. Ahora se medirá con el Dragón en la final menos pensada. Pero lo tienen merecido

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